lunes, 12 de diciembre de 2011

MOSAICOS

Siempre me consideré una obrera del arte, cargando con las herramientas, la escalera y toda manchada de pintura. El mosiaco llego a mi vida de la mano de Gaudí en Barcelona y gracias a mi hermana ( Magdalena Serna) que me enseñó la técnica , pasamos muchos años trabajando y viviendo en Barcelona, los paseos por el Parque Guell con su magia nos enseñan un Gaudi, ademas de arquitecto, visionario y creador de un mundo interior.

TALLA EN PIEDRA


Crear este perfil es para mí un desafío, ya que me expreso mejor a través de las manos. Las palabras pueden ser interpretadas de diferentes maneras, y siempre siento que no transmiten lo que quiero expresar. Lo que yo quiero decir lo escribo en piedra, un material aparentemente duro y frío que, gracias a la técnica y a la práctica se torna
maleable, orgánico, vivo. La teoría, la historia del arte y la planificación cristalizan  en obras que se llevan una parte de uno, pero que, en lugar de restarte, te hacen crecer como persona. Vender es bueno, pero más aún es pensar que algo que se crea con tanto amor-concentración-intención interesa tanto a otra persona como para que forme parte de su hogar. El dinero es necesario para vivir, pero el salario emocional alimenta mi alma.

Solados de guijarros, relojes de sol, textos grabados, arcos y bóvedas bajo la coordinación de Artifexbalear.... el trabajo reivindicado como vía de crecimiento personal!.www.artifexbalear.org

Restauración y Muebles intervenidos


Papel y lápiz, madera reciclada, pintura ecológica y palo de mar.
A mi modo de ver el interiorismo se encuentra más allá del simple decorativismo estético.
La fusión de la pintura artística con la textura de los objetos naturales, rescatados de las playas del mediterráneo, hacen que un mueble recupere sus años perdidos en un sueño aletargado e inservible.
La nobleza de la cera (producto natural y noble como pocos) le devuelve el alma interior y la hace visible en la rusticidad de la materia. Los retoques finales, el espíritu de la persona que los creó con sus propias manos.
Un profesor en la universidad me enseñó que el paso del tiempo deja huellas imborrables pero valiosas en los muebles, que nos comunican o nos cuentan la historia de vida, como fue utilizado y quién era su dueño. La carcoma por ejemplo o la negra pátina que deja el hollín de las estufas, el aroma de algún perfume que se guardó. Sellos de viaje en barco o en tren, y mundo de marcas que recibieron desde que están en pie.
Todo esto y más es lo que intento rescatar a la hora de restaurar un mueble, respetando por supuesto el estilo sin dejar de lado la huella personal, que representa el lugar donde estamos inmersos, el mar mediterráneo.